Emprendimiento e innovación en España.

¿Donde se quedó el espíritu innovador y emprendedor en España?

A lo largo de la historia hemos tenido grandes emprendedores e innovadores, algunos de los más cercanos pudieran ser: Leonardo Torres Quevedo, Isaac Peral y el submarinoNarciso Monturiol y el submarino Ictíneo, Juan de la Cierva y el autogiro, Eduardo Barreiros y los automóviles, Santiago Ramón y Cajal, Miguel Servet, Severo Ochoa.

Pero, ¿qué ha sucedido para que en estos tiempos se haya pasado en España a que un 70% de los universitarios tengan como meta ser funcionarios, mientras que en los principales países europeos, Inglaterra, Alemania, Francia, ese mismo 70% de universitarios tenga como meta el tener su propia empresa?

¿En qué momento se ha cambiado a todo lo contrario de tener espíritu emprendedor?

Indudablemente, si ese espíritu emprendedor no existe en el país, el ritmo económico pasa a ralentizarse, la sociedad se conforma y huye de la novedad viendo los cambios como amenaza, por tanto la sociedad termina por acomodarse y no avanzar, ir a remolque de los demás.

Se habla mucho de la innovación, pero es difícil innovar si no hay espíritu emprendedor. Hemos pasado de innovadores y emprendedores (ejemplos hay de sobra) a dejarnos conducir por otros.

«Son tus decisiones y no el azar lo que determina tu destino». Jean Nidetch

Es hora de cambiar esa tendencia, de recuperar ese espíritu que antaño nos caracterizaba, ese espíritu emprendedor que tenían los antiguos conquistadores, Colón, Cortés, Pizarro, Elcano, Núñez de Balboa,…, de enfrentarnos a los desconocido sin temor y con ganas de nuevos retos, de quemar las naves llegado el caso y avanzar como única posibilidad. Ese espíritu es el que puede hacer que la crisis, tal y como se entiende hoy, desaparezca, que tomemos la crisis como época de oportunidades, un renacimiento, que tomemos las riendas de nuestras vidas y de nuestros destinos.

«La esperanza tiene dos preciosos hijos, sus nombres son enfado y valor, enfado al ver como son las cosas y valor para no permitir que continúen así». San Agustín

Algunos persiguen la felicidad, otros la crean. Recuperemos nuestro espíritu emprendedor y creemos nuestra felicidad. Podemos quejarnos o actuar, yo decido actuar, ¿y tú?

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