Juicio de residencia, la honorabilidad de un cargo público

Con frecuencia la historia nos demuestra que nos puede ofrecer soluciones a problemas actuales. Deberíamos tener en cuenta la historia más a menudo puesto que podemos encontrar experiencias interesantes y que pueden ser utilizadas actualmente.

En los últimos tiempos existe un gran malestar por el comportamiento de algunos cargos públicos, por sus actuaciones y la nula responsabilidad exigida. Mira por donde aquí la historia nos brinda lo que podría ser una magnífica solución, el juicio de residencia. Este juicio consistía en un procedimiento judicial, del derecho castellano del siglo XVI, que se celebraba al termino del desempeño de un cargo público y en el se sometían a revisión sus actuaciones, escuchándose todos los cargos que hubiese en su contra. Mientras duraba este procedimiento, el funcionario no podía abandonar el lugar donde había ejercido el cargo, ni asumir otro nuevo.

El juicio era público y si era positivo, la autoridad podía ascender en el cargo, y si, por el contrario hubiera cargos, podía ser sancionado con una multa o con  la prohibición de por vida de un cargo público.

Por lo general, el juez era la persona que iba a relevar al cargo saliente y el juicio abarcaba a toda clase de funcionarios, desde virreyes y gobernadores, hasta alcaldes y alguaciles.

A partir del siglo XVIII, los juicios a los virreyes indianos se celebraban una vez habían regresado a España y en el juicio se analizaba el grado de cumplimiento de las instrucciones recibidas a lo largo de su mandato, estudiándose su labor durante seis meses.

Otra fórmula empleada por la Corona fue la de la visita, inspección por la que se controlaba a los funcionarios. Esta inspección era realizada por el visitador, nombrado por el rey y tenía como fin conocer los abusos cometidos por las autoridades y proponer las reformas necesarias.

En fin, parece ser que en tiempos pasados daban la suficiente importancia a que un cargo público fuese cumplido con honor y buen cumplimiento, teniendo soluciones adecuadas para ello.

Sería un cambio agradable ver como nuestros cargos públicos se responsabilizaran de sus acciones en el cumplimiento de su cargo sin necesidad de ningún juicio.

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